Las calculadoras mecánicas:
La primera calculadora mecánica de la que se tiene noticia, y que todavía hoy se utiliza fue un sistema de barras y de bolas móviles llamado ábaco. Se desarrolló en Babilonia hace unos 5000 años y permitió (y permite) realizar operaciones matemáticas rápidamente. Hasta 1642 no se desarrolló un sucesor del ábaco más avanzado. En esta fecha, el científico francés Blaise Pascal, cuando tenía sólo 19 años, inventó una calculadora mecánica que contenía un mecanismo de dientes de engranaje interconectados en el que uno de los dientes, tras haber girado diez veces una posición (rueda de las unidades), movía el diente más próximo de la rueda de las decenas una posición; que tras haber girado diez veces movía el diente de la rueda de las centenas una posición, y así sucesivamente. Esta máquina sumaba y restaba números con total exactitud pero fue un fracaso económico.
Blaise Pascal
En 1694 el alemán Gottfried Leibniz perfeccionó la calculadora mecánica de forma que podía multiplicas y dividir. Inventó una forma de hacer sumas y resta de manera automática y repetitiva. Durante los dos siglos siguientes, inventores como W. T. Odhner, Dorr E. Felt, Frank S. Baldwin, y Jay R. Monroe, llevaron a cabo mejoras de las calculadoras mecánicas.
El concepto de ordenador moderno fue introducido en 1833 por el matemático e inventor británico Charles Babbage. En esta época estaba trabajando en una máquina llamada el motor de las diferencias, que era capaz de realizar cálculos logarítmicos exactos empleando el denominado método de las diferencias. Intentó desarrollar una máquina que pudiera ser programada para realizar distintos tipos de cálculos y que fuera capaz de almacenar los resultados. La máquina se llamó Motor Analítico, estaba basada en los telares automáticos que ya estaban funcionando y contenía todos los elementos necesarios de un ordenador moderno: dispositivos de entrada de información (tarjetas perforadas), un almacén (memoria), un motor (unidad de cálculo), una unidad de control, y dispositivos de salida. El diseño y la construcción del ordenador mecánico fueron mucho más allá de la ingeniería de la época y su desarrollo no se pudo completar por problema técnicos con la enorme cantidad de piezas móviles que llevaba. Hay quien considera a Babbage el padre del ordenador.
En 1889 Germann Hollerith, inventor americano, patentó una máquina calculadora que permitía contar, comparar y ordenar la información almacenada previamente en tarjetas perforadas. Cuando las tarjeta eran colocadas en su máquina, a través de las perforaciones se presionaban una serie de contactos de metal que correspondían a algunos de los de la red de perforaciones posibles. Cuando un contacto se cerraba a través de una perforación en la tarjeta (taladrado que representaba la edad, ocupación, etc.), se cerraba el correspondiente circuito eléctrico y aumentaba la cuenta acumulada en esa categoría. Su máquina fue utilizada para ayudar a clasificar la información estadística para el censo de 1890 en Estados Unidos.
Ante el éxito conseguido, en 1896 Hollerith fundó una empresa para producir otras máquinas de similares características. En 1924, después de una fusión de varias empresas la compañía pasó a llamarse International Bussines Machine Corporation (IBM) e hizo de la maquinaria de tarjetas de oficina un negocio dominante en los sistemas de información hasta que en los años 60 una nueva generación de calculadoras electromecánicas hizo obsoletas a este tipo de máquinas y la compañía tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos.
El concepto de ordenador moderno fue introducido en 1833 por el matemático e inventor británico Charles Babbage. En esta época estaba trabajando en una máquina llamada el motor de las diferencias, que era capaz de realizar cálculos logarítmicos exactos empleando el denominado método de las diferencias. Intentó desarrollar una máquina que pudiera ser programada para realizar distintos tipos de cálculos y que fuera capaz de almacenar los resultados. La máquina se llamó Motor Analítico, estaba basada en los telares automáticos que ya estaban funcionando y contenía todos los elementos necesarios de un ordenador moderno: dispositivos de entrada de información (tarjetas perforadas), un almacén (memoria), un motor (unidad de cálculo), una unidad de control, y dispositivos de salida. El diseño y la construcción del ordenador mecánico fueron mucho más allá de la ingeniería de la época y su desarrollo no se pudo completar por problema técnicos con la enorme cantidad de piezas móviles que llevaba. Hay quien considera a Babbage el padre del ordenador.
En 1889 Germann Hollerith, inventor americano, patentó una máquina calculadora que permitía contar, comparar y ordenar la información almacenada previamente en tarjetas perforadas. Cuando las tarjeta eran colocadas en su máquina, a través de las perforaciones se presionaban una serie de contactos de metal que correspondían a algunos de los de la red de perforaciones posibles. Cuando un contacto se cerraba a través de una perforación en la tarjeta (taladrado que representaba la edad, ocupación, etc.), se cerraba el correspondiente circuito eléctrico y aumentaba la cuenta acumulada en esa categoría. Su máquina fue utilizada para ayudar a clasificar la información estadística para el censo de 1890 en Estados Unidos.
Primer logo de IBM
Ante el éxito conseguido, en 1896 Hollerith fundó una empresa para producir otras máquinas de similares características. En 1924, después de una fusión de varias empresas la compañía pasó a llamarse International Bussines Machine Corporation (IBM) e hizo de la maquinaria de tarjetas de oficina un negocio dominante en los sistemas de información hasta que en los años 60 una nueva generación de calculadoras electromecánicas hizo obsoletas a este tipo de máquinas y la compañía tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos.
Bibliografía: cuadernillo tecnología de la primera evaluación del curso 2014-2015
y google imágenes.